Pienso que te tengo y te escurres entre los dedos,
eres agua que quiero retener con las manos.
quiero poseerte como quien enjaula un canario,
insisto en apostar por ti
como quien quiere ganar la lotería.
Tengo que aprender,
comenzar a caminar a tu lado.
Estás en el reflejo de los espejos,
en las gotas de lluvia,
en los ojos de mi amante,
y en la risa de los niños.
En el café, en las despedidas y bienvenidas.
Puedo sentirte con el rabillo del ojo,
puedo acariciarte con suspiros
y saborearte al tender la cama.
Puedo olerte en un gesto amable,
o despreciarte en algunas lágrimas.
Alguna vez te encuentro en una encrucijada,
te veo a los ojos sin mirarte.
Me seduces en mi elección,
y al final me echo la correa al cuello.
En el pensar, el que será, o el si hubiese…
En la consecuencia y elocuencia…
en el caminar al compás de alguien más…
en el bailar al ritmo de las masas…
Me da nostalgia
saber que te tuve en mi niñez,
detrás del vidrio de la ventana
soñando volar con un paraguas.
Saltando charcos escarchados
bailando en una pata.
A veces siento tus susurros en sueños,
dejas en mi alma dormida una caricia de anhelo.
Un recuerdo de mi adolescencia
ahora adolezco en tu ausencia.
Despierta en pensamientos entre copas
de una noche que busca conciencia.
Intenta una vez más alcanzarte,
pero esta vez no es igual que antes
busca la complicidad suficiente…
para compartirte.